P E L O T U D A!!
¿Que te dijiste la última vez? NUNCA MÁS.¿Por qué se te hace tan difícil cumplirlo?
Le prometes a tus amigas que no vas a volver a caer, que no vas a dejar que te siga humillando, que no vas a derramar ni media lágrima más por él. Que ya no va a ser más el causante de tus noches sin poder dormir por soñar despierta. Prometes decirle ¡BASTA! en la cara.
¿Y? ¿Qué hacés? En la primera de cambio, te hizo una sonrisita, te dió un abrazo, te acercó la cara, y le diste un beso.
No aprendes más ¿No? No, que palabra.
NO queres sufrir más por él.
NO queres seguir enamorándote sin querer cada vez que se te presenta la oportunidad
NO sabés parar cuando el dolor, pasa a ser masoquismo.
Pero tampoco sabés decirle que NO a él, que ironía. Estás todo el tiempo diciendo no, no, no y cuando te mira se convierte todo en SI, SI, SI.
Entonces empezás a alejarte, para tener menos posibilidades de decirle "Si". Pensás que el tiempo acompañado de la distancia, te van a hacer olvidar todo lo que sentís. Y cuando crees que está todo superado, volvés a caer en el abismo.
Lo ves, el corazón te empieza a latir a mil pr hora, quienes están en tu alrededor pasan a un segundo plano, y los ojos se te llenan de brillo. Chau, pensás que estás perdida, y que ese esfuerzo por olvidarlo fue en vano, porque no tenés el valor de borrarlo completamente de tu corazón.
Y el rulo vuelve. Te abraza, crees y sentís que te besa de la manera más tierna que jamás va a poderlo hacer otra persona, te mira a los ojos y te dice que te quiere, y por algún motivo, ves sinceridad en ellos. Que cuando te vé, quiere estar con vos, pero después no sabe que quiere.
Pero esto no es lo que más te duele, lo que te lastima es que no se haga cargo de sus actos. Es fácil, si apuntás y precionas el gatillo, matáste, declarate culpable. No niegues que no hiciste cosas que sabés que facilmente pueden salir a la luz.
Y así fue, el te negó. Y eso fue lo que te hizo dar el click (si, ese que creías que lo habías dado antes y al final fue una falsa alarma). Se te llenan los ojos de lágrimas pensando en lo cálido y compañero que fue ese momento con él, y no podés creer que para él eso "nunca pasó".
¿Pero sabés qué? Gran parte de la culpa la tenés vos. Por no aprender a decir "no". Por estar en el lugar no indicado, en el momento menos oportuno. Si él te besó, es por que le diste el pie. No podés ni querés aceptar que te dijo que NUNCA ( y que esa palabra quede bien grabada en tu cabeza), NUNCA va a poder tener algo con vos, que sos pasajera, la segunda, el banco de suplentes, la que lo consuela, y sin embargo, seguís insistiendo. ¿Para qué? ¿Crees que en unos días te va a querer? Estás equivocada, pero después una larga charla interior con vos misma, te das cuenta que por pelotuda, él inconscientemente te volvió a lastimar, y como tenés el orgullo 100 metros abajo de tus pies, lo perdonás, y así y todo, lo amás un poquito más por ese momento en el que te hizo sentir un poquito especial.
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