Si hay algo que no puede evitar, es escribirte. Aunque no lo leas, o lo leas y no te importe. Estás en todos lados, así no puedo sacarte de mi vida, tendré que acostumbrarme, tenemos amigos en común. PERO NI CUANDO SALGO CON MIS AMIGAS puedo dejar de pensarte, o de cruzarte.
Bien, voy a un lugar donde sé que es casi IMPOSIBLE cruzarte, la pasé GENIAL es poco, la pasé como hace varios fines de semana no la pasaba. Sin que estés por mi cabeza, o si, todo el tiempo estuviste en mi cabeza, ¿Y si viene? Na, que va a venir. Y hacía la mía, miraba otros flacos, pero cada tanto buscaba entre el montón tu mirada, y no la encontraba.
Salgo, y no va que te cruzo, obviamente, ambos, haciéndonos los otros. Sé que me viste, y no me saludaste, así como yo tampoco. No iba a hacerlo, esperaba que vengas vos, como siempre lo haces y me digas HOLAAAAAA BELU, ¿Como estás? Y me des uno de esos abrazos que me contienen tanto. Como es obvio, eso no sucedió. Te subiste al auto, y te quedaste ahí arriba, un largo rato. Y la ilusa pensando que quizás te bajabas y la saludabas.
No sé que me hiciste, ni como lo lograste, pero no puedo quitarte de mi vida. Me encantaría cuando digo “No vale la pena”, “ Ya fue” las palabras fueran ciertas, pero se me nota en la mirada que no es así.
No puedo no pensarte, no extrañarte, no necesitarte. Extraño todo de vos, tus besos, tus abrazos, tus caricias, hasta cuando te agarran esos ataques de que querés cagar a trompadas. Extraño que me mires a los ojos. Extraño que me digas que aunque no podamos estar juntos me querés. Extraño todo de vos. Hasta lo que no mostras. Extraño tenerte al lado y sentir tu perfume, tanto como extraño agarrarte de la mano.
Sinceramente, con esto que siento, no voy a parar a ningún lugar.
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