En ese segundo comprendí que nunca le importé, en ese segundo comprendí que no sabía si encontraría a ese alguien que se atreviera a dar su vida por mí. En ese segundo comprendí que había alguien, que tampoco encontraría al que diera su vida por él, en ese segundo comprendí, que estaba en lo cierto, sí había alguien, pero...
No había llegado aún.
No había llegado aún.
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